La filosofía posmoderna es una orientación filosófica que es crítica con las asunciones fundamentales y la tendencia de filosofía occidental. Enfatiza en la importancia de las relaciones de poder, la personalización y el discurso en la "construcción" de la verdad y examina el mundo.
La filosofía posmoderna es particularmente escéptica acerca de oposiciones sencillas binarias características del estructuralismo, haciendo hincapié en el problema del filósofo distinguiendo claramente el conocimiento de la ignorancia, el progreso social de retroceso, el dominio de la sumisión, y la presencia de la ausencia.
FILÓSOFOS
POSMODERNOS
Friedrich
Nietzsche
(Röcken, actual
Alemania, 1844-Weimar, id., 1900) Filósofo
alemán, nacionalizado suizo. Realizó una crítica exhaustiva de la cultura, la religión
y la filosofía occidental, mediante la
destrucción de los conceptos que las
integran, basada en el análisis de las
actitudes morales (positivas y
negativas) hacia la vida. Este trabajo afectó
profundamente a generaciones
posteriores de teólogos, antropólogos,
filósofos, sociólogos, psicólogos, poetas,
novelistas y dramaturgos. Algunos filósofos han
signado al estilo aforístico de Nietzsche
como el
responsable de estas
aparentes contradicciones en su
pensamiento, llegando a decir por
ejemplo que «hay tantos Nietzsches
como lectores. Esta afirmación resulta
excesivamente cómoda ya que sólo pretende
facilitar la explicación de las
contradicciones sin intentar desentrañar su
sentido final.
Martín Heidegger
Nació en Messkirch, distrito de Baden, el 26 de septiembre de 1889, hijo de Friedrich Heidegger, tonelero y sacristán, y de Johanna Heidegger (Johanna Kemp de soltera). Estudió teología católica, ciencias naturales y filosofía en la Universidad de Friburgo de Brisgovia, donde fue discípulo de Carl Braig y de Heinrich Rickert, uno de los máximos exponentes del neokantismo de la Escuela de Baden y luego asistente de Edmund Husserl, el fundador de la fenomenología. Comenzó su actividad docente en Friburgo en 1915, para luego enseñar durante un período (1923–1928) en Marburgo. Retornó a Friburgo en ese último año, ya como profesor de filosofía.
Es una de las figuras protagónicas de la filosofía contemporánea: influyó en toda la filosofía del existencialismo del siglo XX, fue uno de los primeros pensadores en apuntar hacia la «destrucción de la metafísica» (movimiento que sigue siendo repetido), en «quebrar las estructuras del pensamiento erigidas por la Metafísica (que domina al hombre occidental)», que planteó que «el problema de la filosofía no es la verdad sino el lenguaje», con lo que hizo un aporte decisivo al denominado giro lingüístico, problema que ha revolucionado la filosofía. Mantuvo vigencia en muchos pensadores europeos —y con el paso del tiempo en los no europeos—, a partir de la publicación de Ser y tiempo (1927). El estilo innovador, complicado y aún oscuro que utiliza Heidegger con el fin de abrir-mundos según el pensador (y que muchos consideran que es terriblemente oscuro y casi místico) influyó en Hans-Georg Gadamer, el estilo singular y difícil que utiliza Jean-Paul Sartre en El ser y la nada, el de Jacques Lacan cuando redacta sus Escritos, el de Jacques Derrida con su crítica a la Presencia, Gianni Vattimo y a una gran parte de pensadores envueltos en el debate sobre la muerte de Dios y el Ser, el nihilismo, la postmodernidad y la época post-capitalista.
Gianni
Vattimo
Turín,
4 de enero de 1936) es un importante filósofo italiano, que también se ha desempeñado
en política. Autor de amplia biografía entre sus obras traducidas al español
destacan: Las aventuras de la diferencia (1979), El pensamiento débil (1983), El
fin de la modernidad (1985), La sociedad transparente (1989), Ética de la interpretación
(1989), Creer que se cree (1996), Diálogos con Nietzsche (2002), y Nihilismo y
emancipación(2003) Para Vattimo, hemos entrado en la posmodernidad, una
especie de ‘babel informativa’, donde la comunicación y los medios adquieren un
carácter central. La posmodernidad marca la superación de la modernidad
dirigida por las concepciones unívocas de los modelos cerrados, de las grandes
verdades, de fundamentos consistentes, de la historia como huella unitaria del
acontecer. La posmodernidad abre el camino, según Vattimo, a la tolerancia, a
la diversidad. Es el paso del pensamiento fuerte, metafísico, de las cosmovisiones
filosóficas bien perfiladas, de las creencias verdaderas, al pensamiento débil,
a una modalidad de nihilismo débil, a un pasar despreocupado y, por
consiguiente, alejado de la acritud existencial. Para Vattimo, las ideas de la
posmodernidad y del pensamiento débil están estrechamente relacionadas con el
desarrollo del escenario multimedia, con la toma de posición mediática en el
nuevo esquema de valores y relaciones.
Jean-Franҫois Lyotard
Filósofo
francés, autor de una original filosofía del deseo y significado representante
del posmodernismo. Nacido en Versalles, fue profesor de Filosofía en la
Universidad de París VIII (Saint-Denis) y miembro del grupo Socialisme ou
Barbarie (Socialismo o Barbarie) fundado por Cornélius Castoriadis. Denunció
desde su seno el compromiso militante radical, que creía se podía convertir en
un dispositivo análogo al de la religión. En 1973 publicó A partir de Marx y
Freud, texto en el que manifestaba su distanciamiento tanto del marxismo como
del psicoanálisis. En Discurso, figura. Un ensayo de estética (1971) subrayó el
concepto de "deseo" en la palabra y en la percepción; para él, la obra
de arte expresa la subversión del deseo, por lo que proponía el arte de la libido.
En Economía libidinal (1974), abolía cualquier realidad que no fuese la del
flujo del deseo: hay gozo por todas partes. No obstante, no dispuso todo en la
categoría de la energía, ya que creía que era necesario mantener una
discriminación de los signos. En La condición posmoderna (1979) analizó la
caída de lo universal y constató una nueva discusión sobre el pensamiento de
Georg Wilhelm Friedrich Hegel y de Karl Marx en el siglo XX. Propuso una
política favorable a las minorías y postuló un horizonte que conduciría a rechazar
toda forma de terror y de totalitarismo.
INFLUENCIA
DE NIETZSCHE EN LA POSMODERNIDAD
material de apoyoNietzsche
describe la situación del hombre tardo-moderno mediante la expresión:
"Dios ha muerto", circunstancia que determina como "el más
grande de los acontecimientos", que significa, así mismo, la muerte de la
razón y de la metafísica. Dios ha muerto porque los hombres lo han matado, y
esta es la premisa del rescate de una nueva época, de una transformación del
género humano que concluirá con lo que Nietzsche designa como el advenimiento
del superhombre, del hombre nuevo que esta más allá del bien y del mal. Con
Nietzsche, la humanidad cobra conciencia de una nueva experiencia, la
aterradora experiencia del nihilismo, de la presencia hegemónica de la nada, de
la negación que domina nuestro tiempo, una experiencia que llena de espanto y
desconcierto. Sin embargo, el nihilismo podría constituir para nosotros un
nuevo desafío, constituir la posibilidad de construir una nueva oportunidad
para la existencia. El mismo Nietzsche vislumbró tal posibilidad, la nombró,
nihilismo perfecto, podríamos, también, apelarlo, nihilismo positivo. Sería
aquel que se revelaría en una toma de conciencia de la pluralidad del ser, de
la riqueza del mundo, de su lujuriante colorido y diversidad. Desde tal
apertura, quizá podríamos llegar a soñar, aprehender y erigir un mundo mucho
más libre, edificado desde la tolerancia, desde la posibilidad de convivir en
el respeto concreto de lo otro, de lo diferente. Los instintos o pulsiones
(Triebe) apolíneo y dionisiaco son la base de todo individuo; son considerados
no sólo como instintos artísticos, sino como “principios del universo”. Nietzsche,
expresa Fink (1996), ilustra estos principios artísticos antagónicos “con una contraposición
«fisiológica-psicológica » de la vida humana: sueño y embriaguez; eleva la
psicología del instinto artístico del hombre, a la categoría de principio del
universo. Lo que inicialmente era una tendencia humana se convierte en un poder
ontológico”.
SIGNIFICADO DE LA MUERTE DE
DIOS PARA NIETZSCHE
Indica el progresivo declive en la cultura del hombre moderno de todas aquellas filosofías, religiones e ideologías, que en el pasado cumplían la tarea de ilusionarlos y consolarlo. Este filosofo proclama la muerte de Dios cuando dice: ¨Dios ha muerto¨ motivo por el cual ya nada tiene sentido. Una primera y elemental aclaración es que cuando Nietzsche predica la muerte de Dios no quiere decir que Dios haya existido y después haya muerto (un absurdo). Nietzsche nunca creyó en la existencia de Dios. Esta tesis señala simplemente que la creencia en Dios ha muerto.
La
muerte de Dios es el más grande de los hechos. Es un acontecimiento que divide
la historia de la humanidad. No es el nacimiento de Cristo sino la muerte de
Dios la que divide la historia de la humanidad: Cualquiera que nazca después
que nosotros pertenecerá por eso mismo a una historia más alta que ninguna de
las que hayan transcurrido. Zaratustra comienza por anunciar este acontecimiento
-la muerte de Dios- y luego, sobre las cenizas de Dios, levantará la noción de
superhombre, del hombre nuevo, dominado por el ideal dionisiaco que ama la vida
y que, volviendo la espalda a las quimeras del cielo, volverá a la soldabilidad
de la tierra. Oh hermanos míos, predica Zaratustra, aquel dios que cree era la
obra enloquecida de un hombre, al igual que todos los dioses, el hastío, que de
un solo golpe con un salto mortal quisiera llegar a la cima, el pobre hastío ignorante,
que ya no sabe ni siquiera querer: éste fue el que creó todos los dioses y lo sobrenatural.
Aquellos que predicen mundos sobrenaturales son predicadores de la muerte,
porque todos los dioses han muerto.
HEIDEGGER NO SE CONSIDERA COMO EXISTENCIALISTA
La
filosofía de Heidegger seria, en el fondo, una de las modalidades del
existencialismo contemporáneo. Se dice que el intento más conocido de orientar
la filosofía heideggeriana hacia el existencialismo fue el de Sartre quien, en
1943, en el ser y el nada, reinterpretara los conceptos de El ser y el tiempo en
una perspectiva existencial. Sin embargo, Heidegger no estaría desacuerdo con
esto ya que su preocupación fundamental, según decía, no es la existencia
humana sino el sentido del ser en general.